¿CUAL HA SIDO TU DOLOR MÁS GRANDE?
- melsaveyoursoul
- 2 oct 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 5 feb
De todas las cosas que has pasado ¿Cuál es el dolor más grande que has tenido? ¿Qué es lo que te marcó para siempre? ¿Que situación viviste de la que después nunca fue nada igual para ti?. ¿Este dolor llegó rápidamente a tu mente? ¿Es fácil reconocerlo o te toma tiempo indagar en tus memorias? ¿Eres capaz de verlo a los ojos o normalmente lo evitas?
¿Qué cambió en tí después de vivir ese dolor?
¿En qué persona te convertiste después de eso?
¿Te sientes orgulloso sobre lo que te convertiste o por el contrario apenado?
Reconocer tu dolor es tan importante como reconocer aquello de lo que te sientes orgulloso.
Cuando vivimos situaciones traumáticas podemos tomar diferentes reacciones, una de ellas es omitir la memoria de dolor, como mecanismo de defensa. El riesgo de evitarla es que nunca terminamos por confrontarla y siempre la dejamos ahí guardada, acumulándose, dejando que un día una gota rebasé el vaso y nos desbordamos emocionalmente.
Es importante hacerle frente al dolor, a las situaciones incómodas. Para tomar la lección que nos deja el dolor hay que mirarlo a los ojos. Si hay algo que te hace mucho ruido y lo has estado evitando, te recomiendo que lo revises y le des el espacio que merece. Las cosas que guardas solo permanecen ahí. Lo que permite que evoluciones y te transformes en una mejor versión es que aprendas de aquello que te pasó, que transformes tus heridas en sanación y tu dolor en fortaleza.
Revisa tu dolor, en especial aquello que más te cuesta porque eso es lo que más tienes que trabajar. Si no sabes por dónde empezar, empieza a buscar información sobre el tema.
En esta era tenemos mucha información disponible, si tienes acceso a internet y no buscas como mejorar en esa área que te afecta es ciertamente porque no quieres y no porque no puedes. Así que embarcarte en tu propia búsqueda de la verdad, busca tu propia sanación, infórmate sobre las secuelas que tienes sobre lo que te paso e intenta diferentes cosas para descubrir que de todo es lo que mejor te funciona. Tu eres responsable de tu propia sanación. No importa qué traigas contigo ese dolor de hace un día o 40 años, siempre eres responsable de transformarlo.
Si nunca te atreves a reconocer tu dolor, solo se quedará ahí guardado y seguirá saliendo de vez en cuando, aunque no seas consciente de ello. Seguirá irrumpiendo en tu vida diaria, hasta que te hagas cargo de él.
Ten el valor de ver tu dolor a los ojos.
Transformarlo en poder.
Haz de tu dolor, una fortaleza.
Love, Mel.

Comments